miércoles, 20 de junio de 2012

Día 6 - Miedo al miedo... y el Miedo. Y la máscara del miedo como preocupación.

Entender que la preocupación (máscara del miedo) y cuidado acerca de una enfermedad o dolencia al final gatilla esa enfermedad o dolencia, es bastante molesto.
La manera de perdonarlo y detenerme sería que cada vez que piense en que me va a afectar alguna enfermedad o dolencia tengo que usar el respiro, detener mi mente, y seguir con algo más... pero perdonar de inmediato eso, ya que mis pensamientos no soy yo, y si esos pensamientos sobre el miedo existen, entonces dentro de mi hay cosas que no me van a a dejar tranquilo hasta que las trabaje y las perdone.
Por tanto, debo entender muy ferreamente que los pensamientos no me sirven, porque también son maneras de lenguaje, que terminan convirtiéndose en decretos, y mi objetivo es justamente que los pensamientos no se conviertan en decretos, mucho menos los pensamientos que no tienen un punto de partida en el sentido común de lo que es mejor para todos por igual.

La tendinitis realmente fue algo que se dio, entre otras cosas, por el miedo a que me diera justamente.

Miedo a que me diera tendinitis... miedo enmascarado como si fuera solo preocupación... y tal como me asistió Juan Pablo, me cuidé desde el miedo y ahí me caí.

Mi miedo es generado porque yo necesito mis manos para poder tocar batería y desarrollarme en el ámbito musical, eso es lo que me causa casi terror, lo que a muchos músicos les da terror en realidad es quedar inhabilitados para poder interpretar música y tener que abandonar sus carreras musicales por culpa de una enfermedad o lesión. Ya sé que no me cuidé desde el sentido común como punto de partida, por eso estoy aquí para destruir todo aquello que viene desde la mente y que causa un retroceso en mi proceso.

Ahora que sé eso, le tengo miedo al miedo... pero ya sé cómo debo enfrentarlo.
Ahora solo debo aplicarme correctivamente para prevenir una cadena de sucesos que en realidad, solo vienen desde la mente; y Yo NO soy la mente y los pensamientos, asi que no le daré más cuerda al asunto, no más, hasta aquí llegó.

Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a no poder tocar mi instrumentos musical, la batería.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo en mi y como yo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar considerar el miedo como algo relevante y de importancia.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo al miedo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la culpa por el miedo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el hecho de considerar el miedo como algo más fuerte que yo mismo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo como movimiento energético dentro de mi, dejando que me controle y que desarrolle acciones como por ejemplo desarrollar rabias y reaccionar mal ante los demás.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo como algo real y concreto.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a no poder tocar batería nunca más, generando frustración y otros movimientos energéticos dentro y como yo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la frustración.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la frustración como algo real y de peso en mi, poniendo el hecho de ejercer una carrera musical como si fuera de vida o muerte, preguntándome si quedar incapacitado de tocar batería afectaría mi futuro laboral, siempre en una perspectiva de supervivencia.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo cada vez que siento dolor en mis manos y brazos.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a no poder tocar batería con total expresión.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la música como algo vital, dependiendo de ello.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la música como si fuera un Dios.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la ejecución musical como algo que está por sobre mi.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la música como una experiencia energética.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar no disfrutar la música como y desde mi.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la música como si fuera miedo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el consumismo musical como movimientos energéticos dentro y como yo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar darle relevancia al consumismo musical, deseando más y más, generando motivación a través de ello y no desde una perspectiva de sentido común.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la ilusión de la música.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la música como principio y fin de las cosas, y no como igualdad.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la música como si fuera más relevante/importante/de cuidado, que yo mismo en manera integral.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la música como si fuera un sacrificio físico.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a la música.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar que la música penetre en mi mente y tome control de mis estados de ánimo = nada real.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a caer en estados de ánimo "negativos" cuando escucho música de un tipo especifico.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo al desgaste físico provocado por la ejecución instrumental, como por ejemplo quedar sordo a largo plazo, dolores musculares y óseos.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar a la música como algo que está fuera de mi y aparte, generando separación y polaridad.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la música como si fuera separación y polaridad.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la separación de mi ser con respecto a otros.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar las polaridades entre el bien y el mal, y cosas buenas y malas en la vida.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a las polaridades.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a la separación.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a irme a estudiar a santiago, dejando a gente que considero valiosa e importante por sobre otras personas en el mundo, generando más separación.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo al dinero.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a no estudiar música.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a no estudiar por flojera, generando juicios en mi contra.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar los juicios en mi contra desde mi mente.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a los juicios en mi contra.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo al miedo de los juicios en mi contra.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar los movimientos energéticos = basura, dentro y como yo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar los sentimientos que provoca la música, sin hacer que la música sea yo mismo.
Me perdono a mi mimo por permitir y aceptar estados de bienestar cuando ejecuto la música, olvidando por qué ejecuto música.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a no ir preparado a clases de música.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar dejarme estar y/o dormirme en los laureles, a razón de no estudiar y no disciplinarme por mis objetivos... pero todo en sentido común de lo que es mejor para todos por igual ya que sé que es importante analizar los puntos de partida de lo que hago.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a no hacer lo correcto.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a las cosas materiales.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a perder las cosas materiales, principalmente instrumentos musicales.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a mi madre y sus críticas hacia mi persona.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a las personas que pueden hacer daño.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a no hacer lo que hago desde un punto de partida en la igualdad y sentido común de lo que es mejor para todos por igual.

Soy igualdad, estoy recorriendo mi camino en la igualdad y me estoy disciplinando para ecualizar la existencia en su totalidad.
Me comprometo a mi mismo a no permitir y aceptar el miedo como movimiento energético dentro y como yo.
Me comprometo a mi mismo a respirar más seguido hasta que se vuelva una costumbre el darme cuenta de que estoy aquí, ahora, como un todo.
Me comprometo a mi mismo a escribir a diario en este blog, para liberar constantemente todo lo que me acompleja y me aleja del camino de la igualdad = el camino hacia una vida REAL.


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