sábado, 30 de junio de 2012

Día 12 Permitiendo que mi mente me ponga adjetivos calificativos.

Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la debilidad frente a las situaciones que no son de agrado para la mente, como tambien debilidad ante las enfermedades y miedo a ellas.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la debilidad.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la debilidad ante el miedo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a la debilidad.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar llamarme a mi mismo debil.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el nerviosismo, y llamarme a mi mismo nervioso.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar las ansias, y llamarme a mi mismo ansioso.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la envidia y llamarme a mi mismo envidioso
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el nerviosismo como un movimiento energético dentro y como yo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar que el nerviosismo me empuje a realizar acciones con miedo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar que las ansias me empujen a realizar acciones con miedo al futuro.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar que las ansias fluyan a través de mi como un movimiento energético en mis piernas, brazos y estómago.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la envidia en y como yo para acumular rabia y miedo ante las personas.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la envidia hacia otros que viven el proceso Desteni, que van más avanzados que yo. La envidia es hacia mi mismo, no hacia otros y por ende me perjudico a mi mismo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la envidia en objetos de otras personas, codiciando y dejando fluir energía a través de mi cuerpo, sintiéndolo en la cabeza como una incomodidad e inconformismo por que ya tengo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a la envidia.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo al nerviosismo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la rabia por dejar manifestarse la envidia en y como yo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a la muerte como un impulso a tener cuidado con mi vida, con el miedo como punto de partida y las ansias de saber el futuro.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar experimentarme como alguien frió y aceptar que mi mente me califique como frío.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la frialdad en mi como un impedimento para relacionarme con lo demás.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el odio.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el odio hacia mi mismo en y como yo mismo. Esto no es real, es una experiencia que existe solo en mente, ya que lo que soy y quién soy, nunca va a experimentar un sistema de mente como el odio.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la agresividad.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la agresividad dentro y como yo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar llamarme a mi mismo agresivo, por situaciones en las que me experimento falsamente como "estar acumulado de rabia" = movimientos energéticos = no reales.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la agresividad como punto de partida de acciones como por ejemplo atacar a personas que mi mente identifica como enemigos = imposible de existir como algo real, debido a que solo mi mente y un sistema de mente puede considerar a alguien como enemigo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el hecho de llamarme a mi mismo "pesado".

Las memorias del pasado me empiezan a mostrar una situacion de culpabilidad:
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar sentirme culpable de lo que le ocurre a los demás, por ejemplo en el caso en que una vez, no andaba de "ánimo" para salir a comprar y no lo hice, mi tía Mariana Palma se enojó y decidió ir ella a comprar pan... cuando iba saliendo de la casa se resbaló y se golpeó la espalda, pierna y cabeza contra el suelo porque la goma antideslizante a la entrada de la casa estaba con agua en la superficie.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar que esa situación fue mi culpa, debido a que actué con movimientos energéticos como punto de partida para realizar acciones como yo mismo = solo dejé que la mente tomara el control y como 1+1 pasó eso que pasó y comencé a experimentar culpabilidad.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la culpa por el dolor que siente la demás gente en el mundo, ya que en realidad no hago nada en lo físico por generar una solución cuando experimento culpa por ello, no saco nada "sintiendome" mal, sino que solo debo respirar y realizar acciones concretas en lo físico para solucionar.

Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar las veces en que me despierto por la mañana y me experimento a mi mismo como alguien pesado, cuando en realidad eso es solo una experiencia mental = falsa.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la confusión.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar que soy confusión.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar que estoy confundido en la vida que experimento. Sé que lo único real es lo físico, sé que la única solución a lo que ocurre en la existencia es la igualdad en todo sentido. Sé que solo debo respirar y darme cuenta de mis acciones, cuidar de mis palabras, pensamientos y expresiones para no caer en abusos.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar identificarme como alguien confundido.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el miedo a la confusión.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la depresión.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la depresión como algo dentro de mi que existe en realidad y que afecta mis acciones. La depresión es solo una experiencia/excusa de la mente para no pararse como uno mismo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el hecho de identificarme como depresivo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar separarme de mi mismo colocandome adjetivos calificativos que provienen de la mente = no son reales en lo absoluto.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar experimentarme como alguien sabio.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la sabiduría como una solución a la vida, sin vivir mis palabras como quien yo soy y solo dar consejos a la gente.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la inseguridad.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar identificarme como inseguro.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el punto de partida de la inseguridad para realizar acciones de todo tipo.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la "mala suerte".
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar que la mala suerte es algo real y que en ello residen los desenlaces de la vida.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el hecho de percibirme como un punto de atraccion de acontecimientos de "mala suerte" por ejemplo: experimentar sucesos en mi vida en los que la gente de mi entorno les ocurren cosas "malas" (entrando en polaridad) y adjudicándome culpa y pesar por ello.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la flojera.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar el hecho de identificarme como alguien flojo, cuando la flojera es solo la mente ralentizando y haciendo "pesado" el camino hacia la vida.

Ocurrió algo recién...
La dueña de la casa en donde estoy tiene 94 años, y tiene una "nana" de unos 70 años aprox.
Se despide la nana diciendo: "nos vemos el lunes" pero la señora de 94 años no escucha bien y la llama rapidamente y en voz alta y le pregunta "María! dijiste el Jueves?" a lo que la nana le responde "El Lunes dije" lo que en mi mente ocurrió es rabia... rabia porque separo a la clase alta de la clase baja, ya que la que paga a fin de mes es la "superior" y la nana es "inferior" y por el tono de voz que mi mente interpretó, lo tomé como una ofensa hacia la nana y por ende un abuso, cuando en realidad no es así.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar la desigualdad.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar que las personas tenemos clases sociales que nos identifican y clasifican.
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar que la desigualdad es algo real y normal en esta existencia.

Ocurrió otra cosa:
Mi tía me pregunta cuanto dinero tengo en mi tarjeta bancaria y yo le respondo, pero ella no me escucha por segunda vez y yo me experimento en enojo y le contesto: "ay que estás sorda mujer!"
Me perdono a mi mismo por permitir y aceptar los juicios hacia otras personas, por condiciones físicas, provocando que sus sistemas generen culpa y disgusto, que a pesar de no ser real, mi punto de partida de mi respuesta fue el enojo y rabia = mente = no real = sistemas de mente = energía, por lo que solo la voluntad como yo mismo puede resolver para no abusar de mis palabras ni de otras personas = yo mismo.

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