domingo, 24 de febrero de 2013

Día 72 - ¿Te #prometes cosas y no las cumples? ser #Constante



Miedo a la constancia.

He decidido varias cosas en la vida, cosas que quiero cambiar de mi mismo... ahora es tiempo de hacerlas realidad lol es decir, hacer físicas esas promesas, realmente establecerme aquí en cada respiro como la promesa de moverme y dirigirme a mi mismo a realizar acciones en las que me comprometo realmente.
Siento que cada cosa que prometo y no cumplo se transforma en una especie de costumbre o entrenamiento en donde fortalezco aquel aspecto y aprendo, más bien, a no ser constante o a dejar de la lado las promesas; eso va a cambiar, pero esto cambia solo si me empujo y me muevo contra todo tipo de reacción que venga de vuelta, ya que esa es la manera de mostrarme a mi mismo y entrenarme para poder elegir y actuar de manera de "pensar y actuar" llevar a cabo la acción de manera inmediata.

Algunas cosas que recuerdo que me he prometido son:

Dejar de llegar tarde a otros lados.
Dejar de comer carne.
Dejar de beber tanto alcohol.
Dejar de escuchar tanta música.
Llevar una dieta equilibrada.

Cada una de estas cosas tienen un significado para mi mismo, son mis compromisos, dentro de mi proceso tienen un sentido que les he dado; independiente del sentido que le doy puedo ver que todas estas cosas, que en realidad pueden ser cualquier cosa, necesitan un empuje, un gatillo, el cual como he visto en los escritos anteriores, necesitan confianza en uno mismo, confianza como uno mismo... solo moverme en realidad.

Problema:

Me perdono a mi mismo por haberme permitido y aceptado prometer en vano con respecto a mis acciones como compromisos conmigo mismo, y así entrenarme para quedarme en la promesa mental y virtual, lo que fortalece aquel aspecto. Lo que busco en ello es finalmente no moverme, sino solo ilusionarme con lo bonito que suenan las cosas (que suenan en mi mente lol) ya que nunca serán llevadas a cabo de esa forma.

(Hay un aspecto en ello, ese en donde busco la salida fácil en realidad, todo es más bonito dentro de la mente... lo físico no es bonito y creo que me he acostumbrado en honestidad conmigo mismo, a que soñar es fácil y barato)

Solución:

En el momento y cuando me veo a mi mismo prometiendo en vano con respecto a mis acciones como compromisos conmigo mismo, me detengo y respiro. Me doy cuenta de que si no voy a complir un compromiso, es mejor ser honesto conmigo mismo y escribir para desmenuzar esa promesa, porque si una promesa nace para ayudarme a mi mismo pero al mismo tiempo no quiero llevarla a cabo, significa que hay una reacción y un deseo de quedarme parado sin hacer nada, lo que de manera correctiva inmediata, tiene que ser trabajado, ya que cada acción puede desencadenar una especie de costumbre.

Me comprometo a mi mismo a empujarme para desenvolver todas aquellas promesas que voy a desarrollar, ya que en cada una de ellas hay ilusiones que potencialmente pueden ser traídas a lo físico desde mi mismo como creador de ello.

Recompensa:

Cada pensamiento es llevado a lo físico y evaluado de inmediato como una asistencia regalada para mi mismo, lo que generará una costumbre de llevar las cosas a lo físico de manera práctica y constante.


¿Hay culpa en lo que no concreto?

Cuando tengo una idea, por lo general la quiero cumplir, pero si no la cumplo empiezo a crear backchats y culpas, ya que creo que no soy capaz de actuar y así me voy llenando de ilusiones... una vez más volvemos en la confianza como uno mismo, es decir, la culpa vendría a ser una especie de antítesis de la confianza... si hay confianza no hay dudas y si no hay dudas tampoco hay culpas por lo que no hago.

Problema:

Me perdono a mi mismo por haberme permitido y aceptado sentirme culpable por todas aquellas promesas que no concreto, ya que cada una de ellas pareciera ser una especie de ola gigante que necesita un impulso casi divino para poder ser llevado a cabo; lo que busco con esto es victimizarme y no moverme, una vez más, ya que la culpa funciona de este modo, es decir, quedarse ahí pegado al suelo.

Solución:

En el momento y cuando me veo a mi mismo sintiendo culpa por todas aquellas promesas que no concreto, me detengo y respiro. Me doy cuenta de que debo ir por parte, es decir, "darle duro" a un aspecto y traerlo de vuelta a lo físico; de esta manera no me lleno de ilusiones en las que las promesas parecieran ser tentadoras, ya que nunca serán reales a menos que me mueva y sea constante, acción que en la práctica se traduce en ordenar una secuencia de patrones de acciones para finalmente llevar a cabo una promesa, es decir, cada promesa es un patrón, una cadena de acciones que tienen un orden específico.

Recompensa:

Podré hacer costumbre el no prometerme nada que no vaya a concretar, y así no generar tampoco preocupaciones, fortaleciendo aquella inciativa de no prometerme en vano las cosas y en consecuencia hacer de ello otra costumbre de "no cumplir las promesas"; todo aquello cambiará con mi movimiento en lo físico, ya que podré ver que las acciones tienen frutos en lo físico, como una manzana que realmente puedo comer y disfrutar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario